sábado, 27 de febrero de 2010

La noche


Pintaba rojizo con azul, tus ojos mezclaban el ámbar con el blanco. Las zapatillas combinaban con mi camisa y la piel dorada se traslucía entre los espejos, entre tu perfume y mi aliento. La cama se veía gigante, el cielo aún iluminaba mi rostro y me regalaba la silueta de tus pechos en esa camiseta blanca.
No dejaba de mirar las lágrimas que escurrían de tu rostro, me dijiste que era la primera vez que te pasaba, me sentí tan excitado que me dejé llevar entre tus piernas que me acogían fuertemente. Tus piernas duras y calientes. Te amo. Me mas. Te beso. Nos arropamos. Nos hacemos el amor.
Ayer estuviste genial, una de las mejores noches en tus brazos, fuiste tan amorosa y tan sensual. Eres bella. Te deseé tanto que la ropa lastimaba mi deseo, pero con una mano me ayudaste a salir, me besaste, jugamos tanto tiempo dentro que cerré un minuto los ojos para recodarte cuando nos vamos de viaje o cuando estamos un poco lejos, te recuerdo con devoción como con devoción te beso todas las noches antes de dormir.
Gracias amor.

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