lunes, 1 de marzo de 2010

Mónica Bellucci o la chica Punk



Interesante el rostro que pusiste cuando miramos la carta que escondí en el pantalón, al momento miraste el remitente y no leíste tu nombre. Decía a Mónica Bellucci con una rayitas debajo con las que apenas deletreabas belleza vampira… Te pusiste nerviosa y me la quitaste de inmediato aunque mi rostro no hizo ninguna mueca, pensé que no te aguantabas en abrirla y comenzar a pedirme explicaciones.
Corriste al baño y lo cerraste, imaginaba  que pensabas en mi cara, en lo que debía estar haciendo. Pero mientras tanto yo leía en mi mente el contenido que decía:
Y sí en algún momento no estuvieras
sentada al filo del abismo.
Pensando en la noche que tuvimos
recordando los besos que nos dimos.

…y continuaba con algunos versillo desagradables como recortados de los textos…pero no salías del baño y ningún sonido diluido por debajo de la puerta. Pensé en asomarme y… recordaba otra parte de la hoja, estaba seguro que era la primera vez que mirabas las letras salidas de mis manos, las manchas del negro que hacían mis dedos una extensión de las íes y las aes.

Iba a recostarme cuando escuché que giró la chapa de la puerta pero no me levanté. Cerré los ojos mientras el crujir de tus zapatos en la duela se acercaba y el pantalón que rozaba tus piernas se quedó lejos. Todo parecía tan frágil, como la tersa línea que viola la sábana del cielo por el sol. Tus dedos que llegaban a mis pestañas y que parecían que iban a explotar.

Encontraste mis labios de inmediato, me diste el beso más húmedo y caliente que mis labios han probado y, pedí a gritos hacerte el amor. No hablamos más de la carta ni pensé más en las palabras contenidas, sólo el final:

No sé como prefiero decirte, me encanta pensar que eres mi Bellucci o mi princesa vampira que recuerdo cuando vamos de viaje, la dueña de mi parte de adelante, la novia que tiene mi alma entre sus piernas y mi corazón entre sus labios. Te amo Mónica. Mi chica punk.



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