martes, 20 de abril de 2010

¿Sabes cómo sé que te amo?


Porque dejo a un lado todo lo que te escribo, las palabras que se juntan esperando la cercanía de tu cuerpo, de tus labios. El esperar en la cama hasta mirar tu cuerpo atravesar la sala mientras dices que la playera te estorba, los zapatos, el pantalón y me dejas quitarte el sostén, las pantaletas rosas con negro.
Todo eso lo olvido porque a veces creo que ya no te gusta. A veces, pienso que he caído en la monotonía, en mis monosilábicos discursos. Pero un mensaje tuyo me hace regresar, donde me pides que te lleve como la brisa. Me olvido de todo, duermo tranquilo, nada duele, nada temo, todo se torna azul-rojo-brillante. Es el amor dicen todos.
Y creo que eso es. Hago estupideces, claro, estoy enamorado. Mira trato de explicarlo, de hacerte sentir eso y hago un recuento de los daños. El primer día comí croquetas de perro por cereal. Voy  a la tienda sin dinero, sonrío como idiota a toda hora. Suspiro si alguien se da un beso, cierro los ojos cuando una chica le mete la mano a su novio en el pantalón, cuando se fajan justo en el asiento adelante, cuando él la mira, toma el rostro así como yo lo tomé esas noches, y te mordía los labios, la lengua, todo el cuerpo parte por parte.
Me pongo nervioso cuando alguien descubre que miro una foto tuya, cuando tengo que cambiarle al Ipod porque escucho tus canciones preferidas. Cuando subo algún texto que habla de ti, cuando alguien nos lee y me pone nervioso que no sepan quién te ama. El problema es que no estaba tan acostumbrado, así como tú me dices de los besos en la calle. Todo cambió, me acostumbro al amor, a ti, a tus labios, a tus besos pero no a lo triste que me siento cuando no sé nada de ti.

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